Entre sorbo y sorbo fuimos explorando las aristas de este complejo músico, buscando profundizar en los puntos de vista existenciales que asoman por sus canciones.

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Lázaro Cristóbal Comala, compositor de contradicciones, desdichas y presagios. Hace unas semanas fuimos a buscarlo a Durango para documentar la presentación de su álbum más reciente, Belmont, en el Teatro Victoria. Días antes de tocar en su ciudad natal (tras casi cuatro años de ausencia), nos encontramos en el Belmont, cantina bohemia de gente triste donde los mezcales se disfrutan mejor en soledad. Entre sorbo y sorbo fuimos explorando las aristas de este complejo músico, buscando profundizar en los puntos de vista existenciales que asoman por sus canciones. Dentro de poco viene a visitarnos a Baja California para dar un par de shows en los municipios de Tijuana, Mexicali y Ensenada. En lo que llega, te invitamos a que te vayas adentrando en quién es Lázaro Cristóbal Comala, uno de los mejores compositores de folk nacional de la actualidad. 

¿Por qué la frase de “este andar masturbando el ano de Dios” en tu canción Te Dije Cilantro?

No sé (se ríe), no tiene sentido. Santiago, el productor de Pedro y El Lobo, fue el que le sacó el significado, dijo que él lo entendía como que adoramos una especie de canal por donde sale caca, como que Dios hace mierda el mundo, no hace las cosas bien, y nosotros le tenemos un culto a eso, bueno él lo interpretó así, y creo que es válido. 

 

 

En Un Manhattan dices que estás hecho de cristianos pendejos, en Líbano hablas del Dios de tus padres, y desde el arranque del álbum mencionas “El diablo ha hecho más por mí que Dios”, ¿de dónde nace este interés por el tema religioso? 

Viene de que crecí en una familia cristiana, de cristianos protestantes. Lo de “el diablo ha hecho más por mí que Dios” es una metáfora, lo que pasa es que el cristianismo protestante de Durango está muy basado en el cristianismo gringo, que es muy capitalista, basado en algo que se conoce como el “Evangelio de la Prosperidad”, que te enseña que Dios te quiere con dinero, Dios te quiere sano, Dios te quiere con estudios, una casa, una familia, es el “American Dream”. 

Cuando me separé de la iglesia, lo hice porque yo era toda la antítesis de eso: Dios me quería con una familia y mis padres estaban divorciados; Dios me quería sano y yo estaba enfermo; Dios me quería con trabajo y yo estaba desempleado. Era todo lo que no debería haber sido. Eso implicaba que yo estaba haciendo algo mal, que yo era lo que estaba mal. Y por eso me alejé. 

Entonces El Diablo ha hecho más por mí que Dios es una metáfora de que… ya en recapitulación, no tener trabajo, en lugar de tener trabajo, te da más, porque te hace crecer; tener papás divorciados en lugar de una buena familia, te hace más maduro; de ahí va que todo lo malo te da más, que uno aprende más de los malos ratos que de los buenos: uno no aprende nada de estar feliz, uno no aprende nada de estar sano. 

Y bueno, Líbano tampoco es religiosa, es más bien familiar, por eso dice “el Dios de mis padres”, porque una cosa es Dios y otra lo que te enseñan a ti. Líbano y Manhattan son canciones familiares, de antepasados. Y de cristianos pendejos pues sí, porque toda mi vida estuve rodeado de ellos. 

 

 

¿Qué es para ti Dios? 

No sé… la mayor parte de mi vida creí que era real, pero desde hace una década pienso que no existe: no es nada. Lo que pasa con Dios es que, si no es intervencionista, no es nada, porque, ¿de qué sirve un Dios que no interviene? Digamos que sí existe, pero no interviene, ¿entonces para qué existe? Creo que Dios es una consolación: al final te da cáncer y sabes que te vas a morir, y acudes a él. Por eso mi Dios es el de Líbano, no es “el Dios”, sino el Dios de mis padres, con el que me educaron. 

 

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¿Qué dirías que es lo que más te conecta con compositores como Nacho?

La necesidad de hacer canciones. Es una necesidad, no hacemos discos para publicarlos, vender o que nos escuchen. Hacemos canciones por la necesidad de hacer canciones. En Nacho encontré un alma afín. Es un sueño haberlo conocido, abrirle un concierto y tener este vínculo con él, al grado de poder samplear una canción suya, como hicimos en Faisanes. En Monomanía, una canción de Nacho, él agarró la melodía de otra parte, y eso es básicamente lo que yo hice: mi forma de hacer Faisanes fue extender ese ejercicio. Le escribí a Nacho y le dije “oye, hice una canción robándome la melodía de Monomanía y es ésta, quisiera meter un sample de ahí”, y me dijo “sí, para eso son las canciones, yo también me las robo”. Y hasta cierto punto el tema de la canción es el mismo: es una extensión. Por lo mismo siempre que canto Faisanes le pego Monomanía.

El instrumento de viento que se escucha en tu canción Líbano, ¿qué es, un clarinete? ¿Quién lo toca?

No, es un saxofón tenor, que toca Adrián Terrazas, el saxofonista de Mars Volta, que ha  grabado un chingo de álbumes con ellos y con Omar Rodríguez; cumplí otro sueño al grabar con él. Toca en Líbano y en La Inundación de 1905.

 

 

Hay dos canciones en el Belmont que hablan de otros creadores, Reynaldo  Arenas y Pablo Perro, y pareciera que con estas canciones buscaras restituirles un poco de… ¿reconocimiento? ¿Cómo nacen estos dos temas?

Reynaldo Arenas es de las primeras canciones que compuse, iba a entrar en el primer disco, pero no quedó. El sample que viene en esa rola es de un documental de cubanos exiliados. Compuse ese tema en ukulele, pero finalmente se terminó grabando con Daniel Vadillo, uno de los mejores pianistas de México, con quien también grabé Fin de  Año y Líbano.

Lo que pasa con escritores como Reynaldo Arenas o Roberto Bolaño es que admiro mucho su trabajo, pero admiro mucho más su vida, me llama mucho más lo tortuoso, lo perseguido, lo exiliado. Y bueno, Pablo Perro es un amigo de hace muchos años, ya tenía esa canción por ahí, y se la debía.

¿Pablo Perro está muerto?

No… está vivo. No me gusta mucho hablar de su vida actual, por respeto a la persona,       pero puedo comentar que renunció totalmente a la música y anda dedicada a otras cosas.

¿Has pensado cómo te gustaría morir?

No… no pienso en eso porque… no me quiero morir, pero… sí, colgado, eso… o un  balazo, pero ahorita no tenemos acceso a pistolas, aunque sería lo más rápido. Medicamentos no, sí lo he intentado, pero con ellos me da ansiedad… o sea, si me aviento veinte pastillas, primero me aviento a un carro antes de que hagan efecto, por la ansiedad de la espera. Entonces colgado, algo más seguro y definitivo.

¿Actualmente cómo te llevas con las drogas?

Todo el día estoy… drogado, sí. Es la única forma en la que se puede estar, creo. Ya no fumo mota porque me dispara la ansiedad, al grado de pre-infartos, me da mucha taquicardia. Lo que hago ahora es más bien beber alcohol. Pero es por temporadas. Hace unos cuatro-cinco meses no pisteaba nada, solo fumaba, y ahora es a la inversa; siempre   es unas por otras.

Pero generalmente todo el día alcoholizado, porque ese es el estado en el que me siento  tranquilo. Si no pisteo no duermo en la noche… o me lleva la verga. No busco inspiración en ello, porque en realidad no busco crear nada. No es de que “ah me voy a poner pedo para componer”, conmigo el alcohol y las drogas es más bien para aguantarla.

 

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¿Cómo lidias con la ansiedad?

Con el alcohol… que no debería, porque hace daño a la larga. Lo que pasa es que es muy caro medicarse. Yo me medicaba, pero ahora que renuncié a mi trabajo y que tengo un hijo, llegó un punto en el que… la terapia y el medicamento, me costaban más que lo que pagaba de renta, entonces el alcohol… te baja. Yo no tomo para estar pedo, lo hago más bien para llegar a estos niveles de alcohol en la sangre, en los que sigo siendo muy funcional, pero estoy más relajado. Me tomo una media y dos o tres mezcales y es como chocomilk, te da para seguirle, incluso me siento mejor persona. No para huir de problemas o terminar pedo y caerte, sino como una especie de apoyo.

¿Tus libros de cabecera, a los que vuelves sin importar el pasar del tiempo?

Balún Calán, de Rosario. Ficciones, de Borges. Los Detectives Salvajes, de Bolaño. Antes que Anochezca, de Reynaldo Arenas. Los Crímenes, de Jorge Ibargüengoitia

¿Qué te da esperanza?

Mi hijo, nada más, con todo lo que implica: platicar con él, acompañarlo y verlo crecer un paso a la vez. 

 

Lázaro Cristobal estará visitando Baja California el próximo mes de abril, presentándose en los municipios de Ensenada (La Camorra), Tijuana (República Malta) y Mexicali (Malgro Cervecería). Toda la info de sus presentaciones dentro de poco

 

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